Alta Gracia entre aroma de peperina y ruidos de pájaros

Daniela Polanco

CORREGIDO

Alta Gracia entre aroma de peperina y ruidos de pájaros

A los pies de las sierras chicas, en el valle de Paravachasca entre calles irregulares y el olor a hierbas se entremezcla la naturaleza, la historia y la fe. No solo la Estancia Jesuítica, el Museo del Che o del Virrey Liniers acompañan la fisonomía de la ciudad. Tantos otros lugares por conocer hacen de ella una verdadera reliquia de la aventura que impregnan de admiración cada vez que la recorremos. Para adentrarnos en la ciudad te propongo conocer estos nuevos senderos en el que podes experimentar no solo la naturaleza sino la contemplación, el descanso, la aventura, la historia, la fe y la cultura.

Por camino de tierra en la parte norte de la ciudad por calle Roldan comenzamos esta caminata intensa pero apasionada. Entre maravillas inexplicables de la naturaleza, con hondonadas y vegetación en las que se destacan el Espinillo, Tala, los Aromitos, el Piquillín y centenares de flora que adornan el paisaje de una forma inexplicable; el aroma de matas de peperina, burro, carqueja impregnan la imaginación del visitante. Entre paso y paso el volar de pájaros, el cruce de alguna lagartija que ya acostumbrada sigue su camino y en verano un sonido ensordecedor de las chicharras. Comenzamos este recorrido…

Camino a los paredones

La calle pedregosa nos muestra que estamos en pleno sierra, las subidas nos hacen tener una mirada excepcional de la ciudad, y de las sierras una vista a 180° entre arboledas y casas que embellecen el paisaje. De lejos un tenue sonido se percibe el pequeño caudal del arroyo Los Paredones, siendo un anfitrión para el descanso, la juntada con amigos o una visita pasajera. Dado ese nombre por los murallones construidos por los Jesuitas que contenían el agua y guiaban el arroyo Los Paredones para alimentar las plantaciones que abastecían a todas las obras que tenían ellos en la provincia, hoy solo se puede acceder al primero.

La Hornilla

A pocos metros del primer paredón y continuando este camino encontramos La Hornilla, un horno de cal que se utilizo para las construcciones de la época. Rodeada la zona de la reserva natural PANAVI, que impregnan de belleza y naturaleza. En el camino encontramos el predio “El Tuscal” albergue de la ya tradicional Fiesta Gaucha que todos los años reúne a la familia gaucha que entre bailes, comidas típicas y doma disfrutan de la tradición.

La Gruta de Lourdes

Una visita infaltable es la Gruta de Lourdes, con la cálida acogida de los Padres Carmelitas, este santuario replica del original de Francia construido en 1916. Recibe todos los años a cientos de miles de fieles que en busca de Amor de Madre e intercesión ante Dios abre las puertas de su casa. Entre la calidez del silencio, el cantar de los pájaros, el sonido del viento entre los árboles, hace de este lugar un espacio de contemplación, unión con Dios y descanso del alma. Todos los febreros miles de personas se acercan a la Gruta en una caminata ya tradicional que parte de la ciudad de Córdoba.

Parque García Lorca

En pleno marco natural el P. G. Lorca es un lugar que ofrece descanso, aventura y naturaleza. En este predio podemos encontrar la pista nacional de bicicrós que recibe cada año a jóvenes competidores, la pileta olímpica abierta todos los veranos, un sector de camping a orillas del arroyo Buena Esperanza. Cuenta con un circuito recreativo de troncos para el juego de los niños, asadores. Ubicado a 4 km del centro de la ciudad y en un marco de naturaleza autóctona; es un espacio para la recreación y el ocio.

Museo Manuel de Falla

Continuando este recorrido, y adentrándonos en la ciudad, nos encontramos con el Chalet Los Espinillos, ultima residencia del famoso compositor español Don Manuel de Falla. Entre sus paredes podemos encontrar los últimos días de vida de Don Manuel en Alta Gracia. Con su mítico piano “The Eaverstsff” y de fondo acompañados por sus tan esplendidas obras que invade cada rincón de la casa. En el podemos encontrarnos con objetos que hablan de la vida de Falla como sus cosas partituras, cartas, vestimentas, que nos hacen situarnos en la cotidianeidad de sus tiempos.