¿Caminamos por Tanti?

Por Sofía Novillo Ferrer

Llegamos a Tanti por diversos motivos, pero al entrar a este pueblo del Valle de Punilla encontramos mucho más de lo que veníamos a buscar.

Podemos comenzar recorriendo sus calles y visitando la hermosa Capilla de la cede parroquial, “Nuestra Señora del Rosario del Milagro”, una construcción de 1880 abierta al público para que disfrute de sus imágenes y colores, de su arquitectura, y de su estilo. Siguiendo el sendero de la fe y las creencias, caminado llegamos al santuario del “Padre Celestial”, un santuario más moderno donde la comunidad se reúne con más frecuencia, cálido y alegre, que nos envuelve con las pinturas en sus muros y con decoración. Si nos animamos a seguir un poco más, junto al santuario nos encontramos con la “Gruta de la Virgen de la Medalla Milagros”, lugar al que muchos se acercan para hacer promesas y agradecimientos…

Y siguiendo por los caminos, podemos para a descansar en alguno de los balnearios, como “El Diquecito” , o conocer otros atractivos naturales de la región, acompañados por el arroyo (“Pozo del Inca”, “Pozo Saravia”, “La cascada”, entre otros), o también dejándonos llevar por los cerros que rodean al pueblo.

Después de tanto caminar, Tanti también nos ofrece lugares donde descansar, tomar algo, relajarnos, como “El Lucky” o “Casa Veccia”, y para quienes desean seguir caminando, también podemos visitar “El Paseo de los Artesanos”, o asistir a algunos de los espectáculos que se ofrecen en su Anfiteatro Municipal.

Tanti es un lugar de múltiples opciones, que sobre todo nos permite descansar, relajarnos, tomar distancia del ruido y la ciudad, invitándonos a abrirnos a nuevas experiencias, a dejarnos sorprender…